martes, 11 de septiembre de 2007

Say Hello to Heaven (Adiós a un Amigo)



La noche del Viernes o madrugada del Sábado después de saber la triste noticia de la partida de mi amigo, sentí la necesidad de expresar de alguna manera el torbellino de sentimientos y sensaciones que me poblaban. Y no pude sino garabatear estas desordenadas palabras y frases modeladas por el insomnio, la tristeza y los recuerdos que se congregaron en mi memoria, de las cosas que fueron y son para mi El Pibe Acosta.


“El Pibe”

Se que hay personas q vivieron más experiencias con el FEDE que yo. En cuanto a mí, solo fui un habitante más de la noche que tropecé con él en algún bar de la Balca. Siempre estuvo pronta la conversación y mi trato personal con el Pibe siempre fue muy cordial y espontáneo, sentíamos un cariño muy genuino producto del respeto y la admiración que nos teníamos, a pesar de no haber sido amigos tan cercanos.
Yo tengo para mí, que el FEDE fue un artista muy talentoso, un talento indisciplinado, pero genial. Parecía no importarle la cantidad de ideas, frases y dichos que se le derramaban, de mesa en mesa inventando letras, improvisando, haciéndonos matar de risa con sus ocurrencias, su humor disparatado y su buena onda.
Nunca sabemos cuando a alguien le toca partir y aún cuando algunas veces sabemos de la posibilidad, no deja de sorprendernos y dolernos la partida.
En el poco tiempo de experiencia que tengo en la vida, me ha tocado aprender que es importante decir las cosas que sentimos y creemos a las personas que nos son cercanas en los sentimientos. Siento el consuelo de haberle dicho al pibe lo que significaba su obra y su arte para mí, de el respeto que yo sentía por sus composiciones y por su forma de expresión. Se que lo tomé por sorpresa, por que en el fondo, él no le daba mayor importancia que la inmediata, de tocar un tema, de divertirse, compartir un buen momento con amigos y nada más.
Es importante que las obras trasciendan cuando tienen un verdadero valor artístico. Esto es ahora trabajo nuestro “amigos en la música”, el no dejar perecer lo que merece conservarse, porque la música de los músicos salteños vale y más la de talentos como los de El Pibe ignorados por la gran masa popular.
Pibe fuiste un genial de la amistad, tu sonrisa, tus cuentos cortos, tu ronca voz y tu incansable armónica nos van a acompañar por siempre a los que te conocimos, a los que te supimos querer. Que descanses en paz amigo…

Una Anécdota
Recuerdo que una vez, en algún bar, después del show de una banda se armó una zapada y en algún momento me llegó la guitarra, toqué un par de temas y cuando “El Pibe” saco su armónica y me dijo toquemos un blues, el apuro de algún guitarrista que ya se quería ir dormir nos dejó con las ganas. Tiempo después solíamos cruzarnos en cualquier calle, bar o donde sea y él me recordaba aquella vieja deuda musical. Pasó el tiempo y muchas veces nos enredamos en alguna zapada, cómo saben no soy un hombre de Blues, fatigo mis días tocando muchas otras músicas, pero tocar el blues con él era más fácil, más orgánico, sin importar la afinación incierta de alguna criolla desmantelada o el estado paupérrimo de nuestras gargantas en un amanecer, siempre fue mágico intentar un Blues con el Pibe.
No sé si dejé de deberte Ese Blues que anhelabas que tocáramos, pero ahora Amigo vos me estás debiendo un Blues. Pero no importa, por que lo tocaremos cuando nos volvamos a encontrar, en una esquina del cielo o en un bar en el infierno, donde nos toque, vamos a volver a zapar.

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